lunes, 24 de septiembre de 2007

A un año: salud y salud.

A casi ya un año de su publicación... ¿Cómo imaginamos la S? ¿Cómo imaginamos este blog?
Discernir sobre este punto es esencial para la ansiada construcción de algo nuevo. El informe grupo ha transitado ya desde la discusión y el divague pleno de “desalienados” hasta el colchón incómodo, las tv’s apagadas y los ojos pegados; todos ellos concreciones callejeras de este primer ensayo -virtual e informativo- de acción-destructiva-constructiva. [Y que siempre-siempre-siempre ha sido y será pacífica. Que quede claro]]. Sin embargo el conocimiento y discusión sobre Mr. K siguen siendo necesarios.
En este sentido pienso que el blog favorece las reflexiones cortas, precisas y concisas antes que las disertaciones semestrales. Y lo mismo ocurre con las pegas callejeras: el mensaje debe ser claro y conciso; tanto como para ser interpretado rápidamente por cualquier transeúnte –cualquier cibernauta.
Exhibir problemas esenciales con imágenes y metáforas cotidianas. Desmitificar las apariencias. Ese debe ser el objetivo. Su método, el de la posmodernidad: insertarse en contextos previos y destruirlos desde dentro.
Ahora solo una propuesta. El auge de la industria farmacéutica en México requiere eliminar la fuerte administración estatal de la salud de la población mexicana. La consecuencia ya visible es la eliminación del ISSSTE y del IMSS y la proliferación de servicios de salud privados. Es por ello que el espacio público comienza a saturarse de mensajes que buscan acostumbrar a la población a una nueva realidad donde la salud cuesta.
La propuesta concreta es de hecho una invitación y una convocatoria para verter en este blog ideas de formas que logren contrarrestar -de algún modo- esta costumbre y saturación. Frases concretas que partan de los anuncios que ya existen en la vía pública e imágenes sencillas e ilustrativas que quepan en una estampa que remita de nuevo a este ensayo. Sus colaboradores y/o donantes estarán dispuestos para llevarlos hasta su lugar (¿?).
P.D. ((Y no olviden engrandecer la letra de la publicación - large es la mejor opción.))

El Zócalo no se vació

La plancha estaba cubierta de gente de muy diverso origen y con muy distintas perspectivas. Cada una en su propio sitio. Frente al pequeño y colorido templete que hacía a su vez frente al Palacio Nacional, estaban quienes reivindicaban enérgicos su “honor de estar cono Obrador”, y quienes daban por tanto “la espalda al poder espurio”.
Frente a los “porros” con corte militar (o a los militares vestidos de lo que llaman y entienden por “civil”) que resguardaban el Palacio Nacional, estaba la vanguardia del cenedismo, acompañada o más bien nutrida por los curiosos, prendidos e indignados ciudadanos, que ante su desarticulación, sólo alcanzaban a secundar los coros que gritaban también: “Obrador, Obrador, Obrador”, pero que en su mayoría fueron al zócalo buscando enfrentarse con el poder.
Finalmente, sin advertir su posición intermedia, se encontraban quienes en posición más bien familiar, de compadrazgo o incluso de conquista sólo buscaban el mejor espectáculo, el templete más armónico y la fiesta más amena.
Y claro, como allá el ambiente era hostil, ensordecedor, oscuro, tumultuoso… mientras que acá era alegre, colorido, melódico… la mayoría terminó por dar la espalda al poder.
Pero así fue solo hasta las 9:45 pm, cuando Banda Machos paró de tocar en el otro extremo y la senadora perredista Ibarra de Piedra -omitiendo sin querer al cura Hidalgo- dio el “grito de los libres (y volteados) y después del Himno Nacional, convocó a todos los presentes a una votación masiva. Votaron en su gran mayoría, los de enfrente, y votaron casi todos, porque ya era suficiente.
Así fue como comenzaron ingenuamente a “vaciar el Zócalo”, gritando victoriosos por la calle 16 de septiembre; mientras, por Madero, entraban numerosos contingentes que se sumaron cómodamente al único templete que quedó en funciones, donde se coreaba ya contra: “aquellos que siempre critican, para aquellos hacen la guerra, para aquellos que nos contaminan, para aquellos que viven pecando…” a ritmo de Celia Cruz.
A las 11 en punto sin nadie verlo realmente, se oyó la voz y las campanas que simulaban lo que ha 197 años no sucede, en un Zócalo repleto, colmado de la vulgar alegría que infringen al tiempo, fuegos artificiales, spray de espuma y la canción hurtada por Corona para recordar a todos lo que es ser mexicanos.
Hasta pasado ese momento se podría decir que el Zócalo se vació. Pero a él le siguieron los contingentes de escobas y recogedores que debían limpiar, para el desfile militar del día siguiente, el cochinero que se había acordado entre cada templete desde el día anterior.

sábado, 15 de septiembre de 2007

El Grito de la Independencia

Cada año, el 15 de septiembre a las once de la noche,
en todas las plazas de México celebramos la Fiesta del Grito;
y una multitud enardecida efectivamente grita por espacio de una hora,
quizá para callar mejor el resto del año.”
O. Paz

Una vez pasado el informe a modo que tuvo Calderón; entregó su resumen de actividades a la Cámara de Diputados y se fue, sin esperar a que se le diera contestación por parte del Legislativo, contestación que por cierto se sacó del aire, una prueba más para aquellos que dudan de la ilegitimidad del “señor presidente”, quedó claro que en México la política y el sistema democrático se vive en la esfera más alta de la clase política, el mensaje a la nación se televisó desde el Palacio de Gobierno, donde estaban los amigos y simpatizantes de Calderón (nuevamente pregunto, ¿el mensaje es para la nación o para los allegados del presidente?), donde nadie le criticó nada, y donde fue interrumpido 28 veces por la ovación de los asistentes.
Para el 15 de septiembre viene una prueba más difícil, el grito de independencia, ¿tradición o institución? (léase sociedad o gobierno). La presidencia ha llegado a acuerdos con la Cámara de los “representantes”, pactos que de facto fueron burlados, ¿pero ha intentado establecer diálogo, acuerdos, con la sociedad?. El 15 de septiembre es una fiesta popular, la gente sale a las calles en ese ánimo de festejar que ya retrataba Paz hace cinco décadas, y transforma una celebración institucional, en una festividad popular. Quizá tiempo atrás no importaba quien estuviera en el balcón del Palacio de Gobierno dando el grito, lo que sí es un hecho es que Vicente Fox tuvo que salir de la capital para dar un grito más a modo en Guanajuato en el último año de su mandato. ¿acaso temía alguna reacción de la ciudadanía?. Por su parte Calderón dice que él encabezará la ceremonia del grito, se asume, al igual que sus predecesores, como el guía de la festividad, como quien da el banderazo de salida al festejo, pero como decía Fox en campaña “despierta México”, si el gobierno y la política en nuestro país se hace en las altas esferas del poder, la sociedad civil, no debería permitir que el Estado se entrometa en las actividades que la sociedad desarrolla, transforma y hace propias, así un punto fundamental sería hacer una breve revisión sobre lo que es la Sociedad Civil y cuál es su función dentro de la esfera del gobierno, ya que se plantea, por ejemplo Bobbio, que un Estado es totalitario cuando la sociedad civil es absorbida por completo por el Estado, y más que la sociedad civil, su voz, esto es lo que se llama opinión pública.
Las concepciones son varias con respecto al tema de la sociedad civil, las más importantes y conocidas son las de Hegel y Marx, quienes definen a la sociedad civil como un ente no-estatal, y bajo esta definición se puede entender lo no estatal, como pre-estatal, (piénsese en las teorías contractualistas) anti-estatal, (la posición marxista) y post-estatal; cada una de las cuales requeriría una explicación amplia para que se comprenda cabalmente, sin embargo lo que es valioso rescatar de esta definición negativa de la sociedad civil, es verla como un ámbito social y político, este punto suele olvidarse comúnmente.

Lo dicho hasta aquí es que, definir una cosa negativamente, es hacerlo en los términos de lo que no es, Bobbio, hace una definición positiva de la sociedad civil: “el lugar donde surgen y se desarrollan los conflictos económicos, sociales, ideológicos, religiosos, que las instituciones estatales tienen la misión de resolver mediándolos, previniéndolos, o reprimiéndolos.” (2006, p.43), esta definición se acopla perfectamente a aquel dicho que supone que “la sociedad se crea por nuestras necesidades y el Estado por nuestras maldades.” Entendida así la sociedad civil, no solamente es un ente no estatal, sino uno dinámico y con vida propia, diferenciado a su vez de la sociedad política, que sería a grandes rasgos un sector de la sociedad civil, que se ocupa con un pie en la institucionalidad y otro en la sociedad civil de hacer política, aunque suene reiterativo, formal, o institucional.

El punto fundamental a rescatar de esta breve exposición sobre la sociedad civil y el papel que debería jugar como actor principal de la democracia, y supremo detentor de la soberanía nacional, es que en México, no obstante su brutal crisis de representatividad, el Estado se postula como uno totalitario, absorbiendo a la sociedad civil en sí mismo e imponiendo una opinión pública, arrebatando en el caso concreto de la festividad del fin de semana el carácter popular de la verbena, llevándola a las arcas del Estado y retratando una visión, vía los medios de comunicación, institucionalizada y legitimadora encabezada por el “presidente” de lo que es la fiesta de la independencia y cómo se festeja, sin tomar el ángulo en que se observa, nuevamente un desplegado de seudo militares, que ya desde hoy -martes 11- colocaban vallas a una considerable distancia del Balcón Presidencial.
Una fiesta que durante años ha tenido un carácter popular, el Estado la quiere asumir como propio, ignorando a los conformes y a los inconformes, absorbiendo la festividad y dando una cara única del Grito de la Independencia.
Si Calderón no diera el grito, la gente de igual manera saldría a las calles, dado que la calle es el espacio público por excelencia, inicio a la vez de toda acción social y política; si el Estado toma las calles militarizándolas para mantener un “orden” en la fiesta de la independencia, hace privado aquello que es público, se mete en todos los recovecos de la sociedad civil, no porque imponga una opinión pública, vía las televisoras y sus filiales en radio, sino porque demostrando con lujo de soberbia que es el concesionario de la violencia, acapara las acciones propias de la sociedad civil.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

I. Construyendo aquiescencia


La mayoría de los mexicanos, al menos los de las zonas urbanas, aceptamos que Calderón esté ahí, ejerciendo el poder. Lo hacemos asumiendo que lo hace fraudulentamente, o bien, en forma más triste, asegurando que lo hace legítimamente, en cuyo caso se ignora, o no se "cree", que ese sujeto representa -administra- los intereses de una minoría: el fragmento más conservador y reaccionario de la elite económico-política mexicana, que hizo todo lo que estuvo en sus manos para que ganara la presidencia.
Algunos de los que nos ubicamos en el primer conjunto, salimos a manifestar nuestro repudio pacífico al fraude electoral -a todas luces obvio si se emprende una pequeña investigación que vaya más allá de las mentiras que excreta la televisión, siendo el libro de Carlos Tello de los ejemplos más recientes- perpetrado a la democracia burguesa por los más rancios grupos de la elite. La presión civil-pacífica para que hubiera un conteo voto por voto no fue suficiente; el día llegó y Calderón, en una ceremonia totalmente mancillada, asumió la presidencia de la República en cadena nacional. No obstante, las acciones de resistencia y repudio, en mayor o menor grado, han continuado. Pero en lo general, en tanto que no hay canales institucionalizados o de fuerza viables para exigir la renuncia de Calderón -mejor conocido como Fecal, saCal de ron o Felipe el Breve- la gran mayoría, más allá de las acciones que mencionabamos, hemos seguido con nuestras vidas cotidianas, tal vez con algunas nuevas actitudes como la participación en boicots en contra de las empresas que abierta e ilegalmente apoyaron al Breve (Sabritas, Bimbo, Jumex, Pepsi, Coca cola, Gamesa, Bachoco, etc) y/o una mayor participación en las manifestaciones políticas, ya sea directamente relacionadas al fraude, o bien, muestras de apoyo a otras luchas sociales, en última instancia afines, y por cierto más avanzadas, como las de la APPO, Atenco y La Otra.
Quienes votaron por el candidato del PAN, según, poquito más 15 millones de incautos personajes,"eligieron" confiar en el libre mercado (Calderón Dixit). Es decir, eligieron profundizar el actual modelo de acumulación de capital; la forma actual de generar y regenerar el que unos pocos mexicanos y extranjeros se beneficien multimillonariamente mientras que la gran mayoría de los ciudadanos mexicanos ve cada vez más mermada su calidad de vida -lo que incluye destrucción del medio ambiente, pérdida de soberanía, baja remuneración, trabajos alienantes, etc-. Así las cosas, ¿Cómo es entonces que, más allá de la minoría directamente beneficiada con la existencia y el empoderamiento de dicho partido -o sea las elites económicas y la burocracia del partido- tantos mexicanos de la clases media y baja interiorizaron, asumieron como suyo, el discurso panista: la descalificación del contrincante por "populista", fenómeno identificada plenamente a lo negativo, al fracaso, al atraso, etc; y por otro lado, plena confianza en que la inversión extranjera, la apertura al mercado mundial y la competitividad resultarán ser la solución a todos nuestros problemas? ¿Por qué pues, algunos sectores de la clase media y baja del país votaron gustosos por Fecal, creyendo que elegirlo era lo mejor para su futuro como individuos y como mexicanos? Desde mi perspectiva para tratar de comprender, y a la par, transformar esto hay que detenerse a analizar qué son y cómo es que se constituyen los fenómenos que se encuentran detrás de tres palabras: verdad, ideología y hegemonía. En lo que resta de este post me concentraré presentar una aproximación a la definición de la verdad, dejando para otra ocasión la explicación más detallada de lo que son las ideologías y la hegemonía.
En primera instancia debemos entender que la verdad se despliega en varias dimensiones; todas constituyen "lo real". En segunda, hay que reconocer de una vez el hecho de que no podemos pensar la verdad como algo previo a nosotros que está allá afuera, esperando a ser encontrada. Como dice Alain Badiou, la verdad no es una constatación ni un juicio, sino una producción, una creación, una novedad que resulta de un devenir. La objetividad se torna así en un problema más complejo que el mero descubrimiento de estructuras previas y autónomas a nuestra injerencia. Las varias dimensiones sobre la verdad que mencionaba no son sino cuatro. Desde Platón la filosofía distinguió estos posibles campos: producir verdades sobre la realidad objetiva del mundo (las verdades científicas); sobre las apariencias sensibles fabricando otras apariencias (las verdades artísticas); la creación de nuevas figuras sobre la sociedad (las verdades políticas) y la creación de nuevas figuras sobre la relación íntima con los demás (las llamadas verdades amorosas). Retomando esta idea, Badiou sostiene que en la ciencia, el arte, la política y el amor están los grandes procesos de producción de verdad. La constitución de nuevas figuras sociales es el tipo de verdad que aquí nos interesa.
Ahora bien, lo relevante, lo central, respecto de la verdad que se produce radica en el efecto que esta causa en la realidad, por lo tanto, cabe preguntarnos: ¿Cuáles son las condiciones que erigen a un pensamiento como verdad, que lo tornan como la actividad dominante; en nuestro caso, que "El breve" halla sido mejor opción que AMLO, Madrazo o que la no participación en la elección? ¿Cuándo y cómo un pensamiento adquiere realidad a través de la praxis? Desde mi perspectiva, unas herramientas que pueden resultarnos útiles para comenzar a respondernos a tales interrogantes serán los conceptos de ideología y hegemonía; sobre de ellos trataré de dar cuenta en una próxima oportunidad. Por lo pronto aquí les dejo la primer hora de un buen documental que nos puede ofrecer también muchas ideas al respecto de estos temas. Lleva por título "manufacturing consent" y Noam Chomsky es quien expone.

sábado, 1 de septiembre de 2007

El informe (el que no tiene forma)

“Aquel indio tonto no sabe ni lo que me ofreció...
un trato es un trato aún es esta República dejada de la mano de Dios.
¡República! ¡hum! ...
República ... bueno después de todo yo no soy su presidente.”

B. Traven

El supuesto del informe presidencial es lo que actualmente se llama rendición de cuentas, qué se ha hecho en materia de administración pública, cómo y cuándo, sin embargo observamos que el “formato del informe” como se le llama en los medios, se ha ido desgastando, y no sólo el informe, sino el mismo sistema político Mexicano en su conjunto; por lo cual intento en este breve artículo hacer una reflexión de lo que la ciudadanía puede comenzar a hacer: su propio informe o evaluación anual del gobierno federal.
De qué sirve que un “presidente” de un resumen de sus actividades a un congreso, hace falta la opinión mayor y fundamental, la de la ciudadanía, pues el gobierno administra al pueblo no al congreso, (aunque éste se diga representante de la ciudadanía) y dado que el supuesto de mayor importancia del sistema democrático es el de la soberanía popular, no cabe duda sobre a quién se le debe rendir el informe.

El primer punto esencial que toca mi informe es el relacionado con el auditorio, y no me refiero a la sede alterna donde Fecal rendirá su informe el 2 de septiembre, confirmando que el formato está desgastado, que su imagen está desgastada y fuera de la “ley”, pues el informe debe rendirse en el Congreso De La Unión, cuestiones de más, cuestiones de menos, ya que ahora no sabemos si el informe se tiene que rendir ante el pleno del Congreso, o sólo entregarlo por escrito y salir corriendo, habría que preguntarle a Fox.

Regresando al asunto del público, para que no cause mayores confusiones, entiendo que habrá una especie de contrato social, donde todos juegan el papel que les toca desarrollar, el dúopolio televisivo seguirá las instrucciones que desde presidencia vengan, nada de críticas, y salgan rápido de la Cámara de los “Representantes” y nos vamos derechito al Auditorio Nacional. La nueva mesa directiva de la Cámara de Diputados, presidida, ya casi, por el PRD, ha dicho que está dispuesta a llamar “presidente” a Fecal. Y la Sociedad, actor principalísimo de la democracia, en un papel pasivo, esperando ser público de las televisoras, y no del informe, y aquellos que salgamos a la calle, bien en claro nos quedará que la rendición de cuentas no es para nosotros, pues no veremos más que las caras de miles de ciudadanos que han supeditado su conciencia (política) a $8,000 que es lo que ofrece la PFP por unirte a ellos, (hace medio año en el metro se podía leer esa oferta en cualquier anden).

Segundo punto, 1 de diciembre 2006: la calle vestirá de azul, y no estoy pensando en los panistas, pues ellos no salen a las calles, ellos no quieren ser “parte del caos”, sino al operativo policíaco que nos espera el fin de semana, la misma historia que en diciembre del año pasado, las cúpulas se cierran y la gente se queda abajo, clasemedieros más abajo.

Reforma Fiscal, ni soñarlo, así como está el ambiente político parece que se negocia la cabeza del Consejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ufraude, quien ha declarado que si lo remueven a él y a los Consejeros restantes se dará por hecho que sí existió un fraude, y que se perderá la autonomía del IFE, ¿cuál?. Sobre la Reforma Fiscal, no hay que saber mucho para no apoyarla, es a la clase media a quien va a perjudicar, y no a los empresarios, ingenuo sería creer que paguen más los que más tienen, si así fuera mis impuestos y los de millones de mexicanos los pagaría Carlos Slim, ya que es el hombre más rico del mundo, otro dato importante para el presente balance.
La educación, es un punto que no puede escaparse, con relación al modelo neoliberal de educación que impera en casi todo el mundo no es esta puntualización, sino contra el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, quien este año nos sorprendió, en “plena conformación democrática nacional”, que los líderes de los sindicatos pueden permanecer vitaliciamente en su cargo siempre y cuando ayuden a organizar fraudes para imponer presidentes.
Y sobre el empresario chino-mexicano, qué decir, de sus millones de dólares en efectivo se hicieron cargo y muy bien, repartiéndoselos entre tres dependencias federales, de sus declaraciones sobre el destino del dinero para apoyar la campaña del PAN ... no se ha dicho ni dirá nada, lo mismo que sucederá el sábado con los asuntos que aquí he tocado.