En la recién clausurada cumbre de los ocho países más industrializados y ricos del mundo, conocidos como G – 8, llevada a cabo en Toyako, Japón, los mandatarios de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, acordaron poner un alto al alarmante ritmo del calentamiento global, y se fijaron como meta el año 2050.
Sin embargo en las conclusiones a las que llegaron en relación a dos temas que están preocupando al mundo – el calentamiento global y la crisis alimentaria- se observan claras contradicciones.
Por ejemplo, en este primer acuerdo al que se adhieren los Estado Unidos de Norte América[1] en cuanto a la disminución de gases de efecto invernadero con el objetivo de contrarrestar el calentamiento global, se invita a la par a que los países productores de petróleo aumenten su producción con el afán de bajar los altos precios de este hidrocarburo, como si no se supiera que este tipo de producción energética ha sido la que mayormente a conducido a la elevación de la temperatura de la tierra.
La segunda contradicción le encontramos en el llamado que hacen Brasil, Canadá, Estados Unidos y la Unión Europa, principales productores de etanol, al grupo de los G – 8 para que ponga los ojos en este recién desarrollado combustible, a lo que los críticos han contestado que la alternativa de los biocombustibles sólo elevaría el precio de los alimentos, como ha sido comprobado por un informe, aun no público del Banco Mundial, que responsabiliza a esta fuente de producción energética de haber encarecido los alimentos en un 75% a nivel mundial.
Sin embargo en las conclusiones a las que llegaron en relación a dos temas que están preocupando al mundo – el calentamiento global y la crisis alimentaria- se observan claras contradicciones.
Por ejemplo, en este primer acuerdo al que se adhieren los Estado Unidos de Norte América[1] en cuanto a la disminución de gases de efecto invernadero con el objetivo de contrarrestar el calentamiento global, se invita a la par a que los países productores de petróleo aumenten su producción con el afán de bajar los altos precios de este hidrocarburo, como si no se supiera que este tipo de producción energética ha sido la que mayormente a conducido a la elevación de la temperatura de la tierra.
La segunda contradicción le encontramos en el llamado que hacen Brasil, Canadá, Estados Unidos y la Unión Europa, principales productores de etanol, al grupo de los G – 8 para que ponga los ojos en este recién desarrollado combustible, a lo que los críticos han contestado que la alternativa de los biocombustibles sólo elevaría el precio de los alimentos, como ha sido comprobado por un informe, aun no público del Banco Mundial, que responsabiliza a esta fuente de producción energética de haber encarecido los alimentos en un 75% a nivel mundial.
[1] Recordemos que los Estados Unidos se negaron a firmar el tratado de Kyoto.
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