Si hace un par de días sugería que la idea de “derrocar” al presidente de México vía la consulta ciudadana sería un ejercicio magnifico para celebrar los centenarios de las revoluciones de este país, me olvidé de manera peligrosa de mencionar que no será una terea fácil, si bien implicará menos sangre que una revuelta armada, el estilo personal de conducir la política nacional de este personaje no deja lugar a dudas, la victoria debe ser apabullante y estar alerta desde los más variados ángulos, pues si para acceder a la presidencia se amparó en múltiples argumentos legaloides más no legitimables, que justificaron un fraude, nada podría impedirle sacar más efectivos militares y pseudomilitares a las calles en el afán de seguir en el poder.
Basten un par de imágenes aparecidas hoy en La Jornada para ejemplificar este sentir.
La primera ubicada en la Ciudad de México donde vemos que las ya muy criticadas -por el caso ABC de Sonara- cuidadoras de menores desalojando una guardería ante la posible intoxicación de menores por los gases lacrimógenos que lanzaron elementos de la PFP contra simpatizantes e integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Basten un par de imágenes aparecidas hoy en La Jornada para ejemplificar este sentir.
La primera ubicada en la Ciudad de México donde vemos que las ya muy criticadas -por el caso ABC de Sonara- cuidadoras de menores desalojando una guardería ante la posible intoxicación de menores por los gases lacrimógenos que lanzaron elementos de la PFP contra simpatizantes e integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas.
En la segunda observamos un despliegue de otro contingente del mismo grupo para alejar a la ciudadanía del presidente en su visita a Ciudad Juárez, Chihuahua. Pues si bien cuando ocurrió la masacre de estudiantes en esa ciudad el mandatario Federal (sic) se limitó a llamarlo vagos y delincuentes, hoy las cosas son diferentes pues los muertos, como dijo él en alguna ocasión, los pusieron los gringos, de inmediato un gran jalón de orejas con mano negra le llegó desde el otro lado de la frontera y entonces sí atendió el caso al día siguiente.
Sin embargo fue precavido en su visita y para evitar “sapes” a su Secretario o mensajes de no bienvenida puso una barrera amplia de policías. Pareciera que a Calderón la ciudadanía le hace lo que el viento a Juárez, ya que ni reclamos ni mentadas le hacen reaccionar ante sus múltiples fallas, esperemos que otra derrota (2006 la primera) en las urnas lo haga reaccionar.
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