El domingo pasado se completaron los llamados a la consulta popular en nombre de la autonomía de los cuatro departamentos más ricos en recursos naturales -principalmente gas- de Bolivia. Como lo ha dicho en repetidas ocasiones el presidente de Bolivia, Evo Morales, las consultas son ilegales pues no las convocó la Corte Nacional Electoral, ni su gobierno. Las regiones que han buscado su autonomía son: Santa Cruz, 4 de mayo, Beni y Pando el 1 de junio y por último Tarija el 22 de junio, esta última es la región con mayor producción de gas en Bolivia.
Así con resultados favorables a la autonomía se celebraron con algunos incidentes, como cierre de carreteras y enfrentamientos entre simpatizantes de Morales y autonomistas, los referendos, que reportado casi un 40% de abstención, pero con resultado al sí de 80% en promedio.
Entre las nuevas facultades que se atribuyen de facto los prefectos separatistas se encuentras: la administración de los recursos naturales, el manejo fiscal, el reparto agrario, el control del transporte carretero, ferrocarrilero, aéreo y fluvial, el mando de las telecomunicaciones y hasta la vigilancia aérea mediante radares, así como la salvaguardia del orden público, que en el orden constitucional boliviano corresponde al gobierno central.[1]
Sin embargo la respuesta de Morales a cada sí en el referendo autonómico, han sido los procesos de nacionalización, por ejemplo se nacionalizó parte de la industria petrolera y de telecomunicaciones, ésta de capital italiano, mientras que aquella de alemanes e ingleses; la idea parece ser tomar el control de los recursos fundamentales de la nación, pero a la vez se alcanza a sentir una estrategia política interna, para tomar el control económico por si los separatistas consiguen algún margen de maniobra fuera del estado boliviano.
El proceso que vive actualmente Bolivia supera las expectativas democráticas de cualquier país de la región, ya que además de las nacionalizaciones, Evo Morales ha decidido llamar –con todas las de la ley- a un referéndum revocatorio, donde está en juego el cargo de presidente, vicepresidente (Álvaro García Linera)[2], y prefectos; para que Morales abandone de la presidencia de Bolivia tienen que votar en su contra por lo menos un 53% de la población que salga a las urnas el 10 de agosto, ya que el referendo revocatorio propone que se irá del poder aquel que en la consulta tenga un porcentaje mayor que con el que accedió al cargo que sustenta.
Para comprender este coyuntura tan álgida que sufre Bolivia, presento el documental Cocalero, donde se expone parte de la campaña presidencial de Evo Morales, su incursión en la política como dirigente del sindicato de cocaleros de Bolivia. En este documental se observa el pensamiento de Evo el ciudadano y político, las formas de organización política -también llamadas cultura política- que mantienen las poblaciones indígenas de aquel país andino.
En definitiva lo que hoy plantea Bolivia es un reto para todas las democracias del mundo, no sólo por su calidad de presidente indígena, sino por el referendo revocatorio que pone sobre la mesa.
[1] http://www.jornada.unam.mx/2008/05/05/index.php?section=opinion&article=002a1edi
[2] Hombre formado en matemáticas en la Universidad Nacional Autónoma de México que consolidó la dupla indígena-mestizo nunca antes pensada.
Evo Morales, Cocalero
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