Escrito por:
Liga de Trabajadores Electricistas 1916
Estas semanas ha habido un proceso político que se ha profundizado y extendido. Las elecciones internas fueron el accidente que mostró la cólera y hartazgo de una gran parte de la base contra una política sindical miope y tibia de parte de la dirección actual, sin embargo, es el proceso de crisis y recesión que vive el capitalismo hoy día su causa primigenia y ante la cual la dirigencia del sindicato no tiene alguna alternativa que impida que los costos de la crisis económicala paguemos la base.
¿Qué pasó en las elecciones?
Lo ocurrido en las elecciones fue la oportunidad de expresar todo el malestar subyacente de la plantilla laboral: todas las carencias y rabia provocadas por la política anti obrera de los gobiernos panistas y priistas y la falta de una respuesta a la altura de la circunstancias por parte de la dirección sindicales, encontraron una oportunidad de oro para emerger del subconsciente colectivo; de igual manera fueron las elecciones el mejor momento para agrupar a todos aquellos que estuvieran en la misma sintonía, la premisa fundamental de la unión fue precisamente el rechazo a la actual política sindical.
El rasgo distintivo de estas elecciones fue la tremenda caída del número de votos que obtuvo Martin Esparza, podríamos decir que una buena parte de los votos por la planilla opositora fueron por no votarle a él, un voto de castigo contra la ineficacia de un política basada en la negociación a espaldas de los trabajadores, la indiferencia ante los problemas laborales y los intereses personales.
Muy a pesar de algunos, un simple cambio de personaje no es la solución, Martin Esparza, su comité y su política solo son el desarrollo superior de la política que se realiza todos los días por las comisiones de trabajo, este aparato sindical, que es el actual soporte real de los verdes. Los representantes elevan la autoridad que aun tienen sobre los trabajadores, sobre los derechos de estos, condicionando las prestaciones a su arbitraria decisión o manteniendo una actitud de sumisión y limosneo frente a la administración, pensando, por si no pudiera estar peor, que no hay otra forma, pues hay que “ponernos la camiseta de la empresa” aunque esto signifique pagar por el robo, ineficacia y crisis que nosotros no provocamos. El actual burocratismo es el resultado de un proceso en el cual la dirigencia ha perdido la visión de clase y la confianza en los trabajadores y sus métodos de lucha, no de la amoralidad o soberbia de una persona
Oponer autonomía y democracia es un engaño
La lucha contra todo este marasmo de atavismos burocrático tiene su eje en la lucha por la participación amplia y activa de la base en la toma de decisiones en la organización, es decir, en la consecución de la democracia obrera, de la más amplia libertad de discusión que permitirá la máxima unidad, pues al ser de todos las decisiones, será más fácil actuar como un solo hombre, con unidad. Esta democracia es a su vez la premisa fundamental de una autonomía sindical efectiva, pues de nada sirve una independencia formal frente al Estado, si en la práctica la dirección acepta, aunque sea disimulado, los ataques de la burguesía contra nuestros derechos, es decir, así no hay independencia política e ideológica real, ni tampoco sindical. La democracia y la autonomía marchan juntas, no se pueden oponer, son dos caras de una misma moneda, oponerlas equivale a enfrentar los intereses de la clase obrera con los métodos para luchar por ellos.
En defensa del SME y por la democracia sindical
Somos la base los que debemos decidir si aceptamos o no a alguien en la dirección de nuestro sindicato. La intervención de Estado en los asuntos internos del SME no es otra cosa más que la violación de nuestra independencia sindical. El gobierno, en este caso Calderón y la STPS, representan los intereses de los patrones; es más, en nuestro caso, al ser LyF una empresa del Estado y este nuestro empleador, el gobierno actúa al mismo tiempo como juez y parte.
Respecto a las elecciones del 2 de julio que le dieron el triunfo a Martín Esparza sobre Alejandro Muñoz por una minúscula diferencia de 352 votos, son miles los compañeros que están seguros de que el resultado fue obra de un fraude. Alejandro Muñoz interpuso ante la Secretaria del Trabajo, el 8 de julio, una demanda por fraude electoral, cuestión que ha sido tomada como pretexto para que el Estado, negando la entrega de toma de nota a Martín Esparza, meta sus manos en la vida interna del SME para intentar desestabilizarlo, confróntalo a su interior y propiciar una ambiente favorable para que Calderón se lance con todo contra nuestro contrato de trabajo y contra la misma LyF. Estas, y no la democracia interna del SME, son las razones que motivan la intervención de la STPS negando la toma de nota al SME.
Debemos rechazar a toda costa la intervención de Estado y el camino a seguir es el de la movilización del SME haciendo llamados a la unidad con el resto de los sindicatos en defensa de la autonomía sindical, pero agregando a este llamando demandas por la defensa del empleo y contra los despidos, a favor de un aumento salarial de emergencia del 100%, contra el paquetazo 2010 de Calderón el cual pretende imponer el IVA disfrazado del 2% a medicamentos y a alimentos a la par de elevar en los hechos este tipo de impuesto en el resto de productos del 15 al 17%; contra los recortes al gasto público en educación, salud, el campo y a la industria pública como LyF y la CFE; además de impedir que se eleven las tarifas de luz, gas y gasolina; además de luchar contra todas las privatizaciones.
Tenemos que enarbolar un programa de lucha que unifique nuestras demandas con las del resto del movimiento obrero, para poder movilizarnos junto a más sindicatos para lanzar y organizar, además de marchas y mítines masivos, una huelga general de 24 horas en la que los trabajadores de LyF participaríamos bajando el switch. Este tipo de acciones, al lado de la lucha organizada y su extensión al resto del movimiento obrero, son la más solida manera de defender la autonomía del SME así como los derechos de sus agremiados.
Sin embargo, insistimos, la lucha por la defensa del SME y su autonomía no entran en contradicción con la lucha por la democracia interna. Ante el fraude de las elecciones internas, el camino no era el de solicitar la intervención del Estado por medio de la Secretaria del Trabajo, sino el de dar la batalla interna convocando en todas partes, desde oficinas a talleres, etc., a crear comités por la democracia interna exigiendo la creación de una comisión interna que saneara el proceso y eliminara de la contabilidad todos aquellos votos fraudulentos. Sólo bajo la condición de generar una serie de mecanismos que le aseguren un férreo control directo de la base sobre los diferentes procesos internos de elección, se puede tener elecciones transparentes y democráticas.
Ni antidemocracia ni intervención del estado
El camino a seguir en la lucha por la democracia interna es el de una mayor participación de los trabajadores en la vida interna del sindicato. Es por ello que esta lucha debe tener como una de sus principales consignas el cumplimiento de los estatutos, controlado por la base; hablamos de la realización de asambleas departamentales y seccionales para dar una amplia y verdaderamente democrática discusión acerca de lo que esta sucediendo, en ves de chismes por todos lados, y en estas asambleas controlar el cumplimiento escrupuloso de las facultades de los representantes así como de los miembros del comité central, donde se informe, discuta y revise la política del sindicato para reencauzarla en función de nuestros intereses, vigilar que se tome ninguna clase de acuerdo a la espalada de los trabajadores sobre aumentos salariales, el contrato colectivo, los bienes y recursos del sindicato, así como tampoco en el caso de la política a seguir contra las medidas privatizadoras y demás ataques a LyF. Todos estos asuntos y otros competen a los trabajadores y siempre se tiene que lanzar una amplia información y consulta con toda la base que asegure una decisión democrática.
La defensa de la autonomía sindical no puede ir separada de la lucha por la democracia interna. Compañero del SME únete a nuestra expresión y lucha por estas ideas a la par de lanzar acciones en defensa de nuestro contrato de trabajo y de LyF.
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