lunes, 14 de abril de 2008

Las cámaras secuestradas

nos acusan de haber secuestrado al Congreso
quienes tienen secuestradas las instituciones del país,
y dicen que no queremos el diálogo
quienes tienen el monopolio de la opinión.
AMLO

Para exigir un diálogo abierto e incluyente los disputados y senadores del Frente Amplio Progresista (FAP) han tomado desde hace 5 días las tribunas de las cámaras; en respuesta, la mayoría de los medios de comunicación han lanzado una ofensiva a estos actos y han calificado de secuestro las acciones de los legisladores.
Como bien apunta el comentario de AMLO mostrado como epígrafe, no pueden los medios de comunicación acusar a ciudadano o legislador alguno de no querer entrar en el debate, pues lo que los medios de comunicación masiva llaman información, no es más que manipulación que tanto daño ha hecho a la nación, y esto sólo por tocar el tema de la desinformación y transformación de las noticias a su conveniencia, ya que si dejo hablar a mi tercer apellido -psicólogo social- salta el tema del daño que las televisoras sumadas a un impuesto estándar de belleza occidental han ocasionado a millones de hombres y principalmente mujeres de México y del mundo, con sus normas de estética nos dicen lo que es bello y lo que no lo es, a la par que discriminan a amplios sectores de la población nacional, la norma de lo televisable por supuesto no incluye a la población indígena y los mestizos en su mayoría no somos ni rubios ni tenemos con un cuerpo escultural trabajado por años en un gimnasio, entregados a la adulación total del cuerpo, no así el ejercicio del cerebro.

¿Cómo denunciar a alguien por cerrarse al diálogo si ellos nunca lo han abierto?, cómo, si imponen su visión de lo hechos y de los acontecimientos. Sirva esto de lección y advertencia sobre el poder que los medios (des)informativos pueden lograr. Chávez que en estos días celebra el sexto aniversario de su
regreso al poder después de un fallido golpe de Estado, sabe muy bien el daño que las televisoras pueden hacer al pueblo y a las naciones.


Sobre los medios de comunicación en México
A los medios de comunicación con certeza se le ha llamado el cuarto poder ya que juegan un papel fundamental en el desarrollo democrático de las naciones, esto principalmente porque como su nombre lo dice, su función es informar a la sociedad, son también medios porque cuentan con las vías de transmisión de información.

El asunto de la democracia y la información es un tema que a últimos años ha tomado relevancia; en el caso de México tenemos la creación en el año 2002 del
Instituto Federal de Acceso a la Información, instituto que se creó fundamentalmente pensando en que los ciudadanos debemos conocer las estratosféricas cantidades que cobran los servidores públicos por su trabajo, por ejemplo gracias a este organismo ahora sabemos que el ex presidente Vicente Fox ganó a partir de año 2001, 306 mil dólares al año. Sin embrago saber o tener acceso a este tipo de información en definitiva no hace de México una nación democrática.

La otra vertiente de la relación información - democracia, sería el trabajo que realizan los medios de comunicación en la acción de informar a la sociedad de las noticias y aconteceres cotidianos de la vida nacional e internacional.

En México existen dos televisoras dominantes con línea política muy clara.
La primera y la más antigua es Televisa, se crea en 1973 y es la fusión de Telesistema Mexicano y Televisión Independiente, la primera creada en el año de 1955, la segunda en 1968. Actualmente Televisa cuenta con cuatro canales de televisión abierta y una presencia importante en radio y en prensa.
El otro gran corporativo televisivo es TV Azteca, con 15 años de existencia y dos canales de televisión abierta. Esta televisora nació a costillas de la privatización de la televisión pública Imevisión. Actualmente México sólo cuenta con radio pública o de estado, más no de gobierno, el Instituto Mexicano de la Radio
(IMER), y las diferencias en programas, noticiarios y servicio a la comunidad son inmensas.
Para rematar el dúopolio televisivo concentra al 95% de la audiencia nacional, lo que en definitiva contraviene los preceptos democráticos más básicos en dos sentidos. El primero se refiere a la pluralidad de medios y puntos de vista, esto es, si sólo contamos con dos televisoras la visión de la información está sesgada a dos opciones; el segundo sentido sería el aquel planteado por Robert Dahl, teórico estadounidense de la democracia procedimental-liberal, en el sentido de que para garantizar la democracia el Estado debe contar con medios de comunicación alternos al gobierno, cosa que de derecho sucede en México pues la televisoras son privadas, sin embrago la red oligárquica que gobierna al país ha unido a medios y gobierno imponiendo una visión única de los hechos y de la interpretación de los mismo.

Televisa y TV Azteca, como lo muestra el documental de la televisora independiente Canal 6 de julio, creada en el año de 1988 a partir del fraude electoral de esa misma fecha, hacen un uso inmoral y convenenciero de la información, favoreciendo siempre a su grupo de intereses y mostrando que lo más importante en su visión (empresarial) es hacer dinero y no un servicio a la sociedad como debería serlo, ya que el espacio radio eléctrico es un bien de la nación y no de unos cuantos.
Si digo que lo más importante para las televisoras es hacer dinero aun en contra de sus principios y la ley es porque así lo han demostrado principalmente TV Azteca, ya que le ha abierto las puertas al Frente Amplio Progresista (FAP) y al Partido de la Revolución Democrática (PRD) por lo menos en dos ocasiones; la primera para que fuera transmitido el programa que organizó la resistencia civil pacífica después del fraude del 2006, “la verdad se dicha” y la segunda para transmitir spots publicitarios en defensa del petróleo, estos últimas apariciones de spots son violatorias de las leyes recién aprobadas por el Senado en el paquete de la reforma electoral, ésta estipula a grades rasgos que ningún partido político podría contratar tiempos en televisión y medio audiovisuales en general, a este respecto, el documental “Teledictadura” comenta que las televisoras obtenía 70 centavos de cada peso pagado con dinero del erario público para campañas políticas.


La ley Televisa

Denominada así la Ley de Radio, Televisión y Telecomunicaciones que se aprobó el 1 de diciembre de 2005 en la Cámara de Diputados en tiempo record de 7 minutos y que el ex presidente Fox ratificó pues no leyó el documento
[1], tenía entre sus planteamientos más graves el referendo continuo de las concesiones del espectro radioeléctrico, permiso hasta por veinte años, y la libertad de ofrecer otros servicios dentro del especto como telefonía celular sin pago extra.
La premura con la que pasó la ley por la Cámara de Diputados y el Ejecutivo se debió en gran medida a los intercambios que ofrecían las televisoras a Acción Nacional para la cobertura del que se suponía su candidato presidencial Santiago Creel. Un año después La Suprema Corte de Justicia decidió anular muchos de los capítulos de la ley, hecho que fue supervalorado por las instituciones nacionales, alegando que ese acto nos demostraba que las instituciones en especial la ya mencionada -degradada en el proceso electoral del 2006- sí servían.

Los medios libres

A manera de conclusión resalto la importancia y debilidad de los medios libres, se les pone el adjetivo libres a aquellos medios que no están compelidos con intereses políticos o económicos que comprometan su tarea. De estos medios los representantes más importantes son los blogs y las radios por internet. Sus debilidades son precisamente que nacen del internet, ya que en México sólo el 20% de la población tiene acceso a Internet, mientras que a nivel mundial apenas el 10% tiene acceso a este medio.
Así en México no obstante de no estar garantizada al 100% la libertad de expresión, el acceso a medios, que son el canal más eficiente para comunicar mensaje –como bien lo sabe el Consejo Coordinador Empresarial- está en manos de un dúopolio fiel al régimen impuesto.

Para ahondar en estos temas y mostrar otros presento el documental Teledictadura del Canal 6 de julio que por haber sido producido hace 9 años no alcanza a retratar el cerco informativo que en torno del movimiento de resistencia del fraude electoral del año 2006, que ya preveía, se formó.

[1] Si con este ejemplo no se entiende la necesidad del debate sobre la reforma energética y las formas con las que se ha exigido, no sé entonces con qué.


























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